Elaborado con uvas provenientes de la zona de Coquimbito- Maipú, primera zona vitivinícola de Mendoza, con una maduración justa y buena evolución de taninos.

Finca de suelo franco-arcilloso y riego por manto. Una altitud de 720 metros a nivel del mar. El sistema de conducción es de espaldero alto con más de 30 años de edad.

El diseño de este vino, está originado desde el viñedo, el cual se distribuye en parcelas puras de Tannat, otras puras de Malbec, y diseñamos una parcela con el corte justo de ambos varietales, Tannat-Malbec.

La cosecha se realiza en horas muy tempranas por la mañana, de forma manual y en cajas de 18kg. Durante la elaboración, se maneja una pre-maceración en frío, lo que permite preservar intactos los aromas del varietal.

Realizamos 3 tipos de elaboración para este blend, según el diseño del viñedo. Trabajamos fermentaciones alcohólicas de varietales puros y también realizamos co-fermetnación de ambos. Para luego realizar el corte perfecto.

Tiene un paso por barrica de roble de americano de 24 meses, con lo que se logra dar un buen volumen en boca, junto con una suavidad y redondez perfecta.

Su composición varietal es de 60% Tannat y un 40 % Malbec.

Este corte, es muy particular, ya que en el año 2019 Don Moisés David Hernández Sánchez, Marqués de Saint Cyprien, visito la bodega y junto a la enóloga Natalia Perulán probaron todas las barricas y decidieron ahí mismo el corte que iría a botella, para poder crear este proyecto.

Este proyecto está diseñado desde el viñedo, luego la selección de cada barrica cuidadosamente, para poder llegar a la creación de solo 2430 botellas, únicas irrepetibles e irremplazables.

Se estudió y degustó cuidadosamente cada parte de este vino, conjugando ambos varietales, y potenciándolos en un mismo corte.

El vino es un conjunto de componentes, el cual debe mantener un equilibrio, si bien este corte es de alcohol, 14,1 vol%, está en total balance con su estructura y su acidez, podríamos decir que su volumen de boca y sucrosidad crean armonía en nuestro paladar.

Tomamos como prioridad, dejar un recuerdo sensorial en cada sorbo, por eso es un vino estructurado, persistente en boca, donde al probarlo nos deja pensando un tiempo prolongado su abanico de sabores. Es un vino de gran carácter, el cual necesita su tiempo de apertura para poder disfrutar al 100% sus características, como bien sabemos su cosecha fue en 2017 y su embotellado en 2020, y desde entonces ha sido guardado cuidadosamente en estibas hasta este momento donde vamos a probarlo.

Es un vino de más de 7 años, el cual mantiene sus características varietales impecables, gracias a su cuidado proceso de elaboración. Y con gran potencial de guarda de más de 10 años.