Marquesado de Saint Cyprien

La nobleza en el siglo XXI

Recibir un título nobiliario en pleno siglo 21 puede parecer a simple vista un hecho fuera de lugar y tiempo, descontextualizado. Atrás han quedado ya convertidos en mitos o leyendas las viejas historias de reyes y nobles que con despotismo muchos y con grandeza otros, dirigieron sociedades enteras y permitieron sentar las bases del mundo en que vivimos hoy. Son ya pocas las monarquías reinantes en el mundo, sin embargo, muchas de las que quedan, lideran, al menos como elementos de cohesión social y símbolos de unidad nacional, algunos de los países más viables y exitosos del orbe. Noruega, Finlandia, Dinamarca, Holanda, Reino Unido, Bélgica, España entre varios otros son países donde el sistema político existente es el de una monarquía constitucional.

En estos países democráticos la figura del monarca coexiste con un gobierno elegido democráticamente y que es el encargado de todas las funciones de gobierno, tal como en los demás países democráticos con regímenes presidencial, parlamentario o mixto. Pero a diferencia de estos últimos, en los países donde impera una monarquía constitucional, la figura de la casa real asume funciones de estado, representando a la nación, ejerciendo un poder más simbólico que real pero efectivo en el logro de la cohesión social necesaria para que las sociedades civiles se auto identifiquen y auto reconozcan en el marco de un contexto histórico amplio.

Esto les permite a estas sociedades una mejor comprensión y asimilación del concepto abstracto y subjetivo del Estado en yuxtaposición con el concepto fáctico de la nación. En estos países, el monarca es un símbolo y una tradición y en cualquier sociedad, símbolos y tradiciones son los elementos más poderosos para el logro del tejido social que garantice la estabilidad, el dinamismo y la fuerza necesarias para el logro de los objetivos de crecimiento y búsqueda del bienestar colectivo. Por lo tanto, hacer parte de la nobleza, al menos en estos países de monarquías reinantes, es hacer parte de ese simbolismo y de esa tradición.

No así en el caso de las monarquías no reinantes. Países como Francia, Alemania, Austria, Hungría, Italia, Rusia, entre muchos otros, fueron una vez gobernados por sistemas monárquicos que por una razon historica u otra, dejaron de gobernarlos en algún momento y se transformaron en repúblicas democráticas la mayoría, con sistemas de gobierno presidencial o parlamentario. Dado que los títulos reales y de nobleza en su mayoría se traspasan por herencia directa a descendientes, muchas de esas antiguas casas reales o nobles de estos países, continúan existiendo aunque su poder sea totalmente nulo. No obstante, siguen haciendo parte del simbolismo y la tradición de esos países que aunque no implique ningún poder real ni manutención por parte del Estado, podrían seguir siendo elementos de unión y cohesión social dependiendo de si asumen un liderazgo social positivo o si por el contrario, mantienen títulos nobiliarios solo para vanagloria personal y/o familiar como añoranza de un pasado que se fue y que nunca volverá. Recordemos que de lo sublime a lo ridículo muchas veces no hay sino un simple paso.

Recibir un título nobiliario en pleno siglo 21 puede parecer a simple vista un hecho fuera de lugar y tiempo, descontextualizado. Para nosotros, haber recibido el título nobiliario como Marqueses de Saint Cyprien, es doblemente un orgullo y una responsabilidad. Lo recibimos de una casa noble no reinante, la casa de David Toulouse-Gevoudan que lidera don Ruben Alberto Gavaldá y Castro, desde Buenos Aires Argentina. Esperamos, en total agradecimiento con Don Rubén Alberto y toda la Casa Noble, con este título, poder aprovechar los privilegios de la Nobleza para servir de la mejor forma posible a la nación y la sociedad en general.

Como prerrogativa de nuestro título nobiliario desarrollamos en principio tres iniciativas concretas. El exclusivo condominio campestre Marquesado de Saint Cyprien Club & Resort, el vino de edición limitada y especial Marquis de Saint Cyprien y la Fundación Marquisat de Saint Cyprien.

En un área de 22 hectáreas, a solo 15 minutos de la ciudad de Barranquilla, en la vía que de esta ciudad conduce a la ciudad de Cartagena se desarrolla el exclusivo condominio campestre Marquesado de Saint Cyprien Club & Resort, donde la elegancia y exquisitez se mezclan con la naturaleza y la modernidad en un ambiente propicio para vivir a plenitud.

Con un ensamble de tintas de Tannat-Malbec único en Colombia, el vino tinto Gran Reserva Especial de la añada 2017 Marquis de Saint Cyprien constituye un gran signo de nuestra Casa Noble. Diseñado para los paladares más exquisitos y exigentes, tiene un potencial de guarda de más de 30 años para el deleite de los coleccionistas más avezados.

La Fundación Marquisat de Saint Cyprien es nuestro importante medio para mediante la filantropía y el servicio social, ayudar y servir a quienes por una razón u otra, no hayan recibido de la sociedad y la vida algunos de los privilegios de los que muchos disponemos como la educación y la salud, así como posibilidades de emprendimiento. Invitaremos a través de la Fundación a amigos, empresarios, gobiernos, otros nobles y la sociedad en general, a apoyarnos en ese empeño. Gran parte de las utilidades del proyecto inmobiliario y del vino son destinadas a apoyar los fines filantrópicos de la Fundación.

Vivimos en una sociedad cada vez más distante y apática aun a pesar de la conectividad tecnológica, este mundo necesita recuperar símbolos y tradiciones que nos acerquen a una nobleza perdida en la alharaca de la cotidianidad, una nobleza de carácter y de corazón, que nos permita ver en el dolor del otro, una oportunidad de liberal el amor y el perdón que nos faciliten construir entre todos una sociedad verdaderamente humana y feliz.

 

Moisés David Hernández, Sondra Macollins Garvin
Marqueses de Saint Cyprien

Nobleza en el siglo XXI